viernes, 16 de septiembre de 2011

El Psicólogo como Profesional de la Salud

¿Qué caracteriza al Psicólogo como profesionales de la Salud?, ¿Cuál es su función?, ¿Qué lo diferencia de otros profesionales del campo de la salud?

Muchos son los profesionales que trabajan en el área de la salud,  pero no todos lo hacen siguiendo el mismo modelo explicativo y de intervención. Por ejemplo, los médicos (y entre ellos los Psiquiatras) utilizarían un modelo médico, que a grandes rasgos, explicaría las alteraciones de la salud como enfermedades con causa orgánica que encontrarían su remisión cuando se administra la medicación adecuada para erradicar la alteración orgánica/enfermedad. Por el contrario, los psicólogos se basarían en un modelo psicológico que explica los problemas psicológicos como alteraciones en el comportamiento que se desarrollan en la interacción de la persona con su entorno y que se mantienen en base a variables contextuales. Esto significa que los problemas psicológicos no son enfermedades con causa orgánica y por tanto, la medicación no siempre es la mejor vía de solución. Lo que hay que tratar de modificar en estos casos es la propia conducta problema y las variables del contexto que la han hecho emerger.

Veamos todo esto en mayor profundidad…
En primer lugar, no podemos olvidar que para los psicólogos el objeto de estudio es la CONDUCTA o COMPORTAMIENTO. Los psicólogos partimos además de que el modo en que las personas nos comportamos en nuestro entorno es aprendido, es decir, el comportamiento se desarrolla (se aprende) con el objetivo de buscar precisamente la adaptación a las circunstancias específicas del contexto de cada persona. En este proceso de búsqueda de adaptación a nuestro medio, muchas conductas que desarrollamos las personas (niños, adolescentes y adultos) para afrontar las demandas de éste, a veces empiezan a resultar problemáticas o a generarnos problemas a nosotros o a nuestro entorno. No obstante, estas conductas problema (denominadas “síntomas” en los Manuales Diagnósticos) no son indicadores de un trastorno subyacente que necesita ser diagnosticado, sino que son en sí misma el problema a intervenir, ya que si esas conductas no aparecieran, en ningún momento podríamos hablar de que el niño, el adolescente o el adulto tiene un problema y ni siquiera habría que recurrir a diagnosticar nada porque NADA HABRÍA. Las etiquetas diagnósticas que aparecen en los Manuales Psiquiátricos (“Depresión”, “Ansiedad”, “Trastorno Negativista”…) son simplemente eso, “etiquetas”, que funcionan como resumen de un conjunto de conductas (en algunos niños estarán presentes alguna de esas conductas que contempla la etiqueta, pero en otros estarán otras, no obstante lo que a nosotros los psicólogos nos interesa, es conocer cuáles son las conductas problema que presenta la persona y de qué variables dependen: Qué las está manteniendo a día de hoy, pues en eso será en lo que podamos intervenir los psicólogos y no en una etiqueta abstracta y meramente descriptiva como es un diagnóstico.
Por otro lado, no hay que olvidar que los Manuales Diagnósticos están elaborados desde un modelo médico que establece las causas de una patología determinada en un agente patógeno que provoca ciertos síntomas para los que se pauta una medicación con el objetivo de paliarlos. En el terreno de la enfermedad mental, los psiquiatras, consideran que las causas de los trastornos mentales o de las conductas patológicas están en el interior de la persona (hay algo subyacente que los causa) y que esas conductas que observamos, son sólo la “cara” superficial de una patología más seria que hay que diagnosticar a través del conteo de esas conductas sintomáticas. No obstante, la investigación en psicología lleva demostrando desde hace décadas que las conductas de las personas dependen de variables del contexto (interno y externo) que las están manteniendo y que modificando esas variables, las conductas cambian. SÍ, esas conductas que se interpretan como síntomas de un trastorno subyacente desde la comunidad médica se modifican cuando se interviene en las variables que las mantienen: ¿No será que esas conductas no están explicadas por una patología interna, sino por, precisamente esas variables ambientales?
Puesto que esto ha sido sistemáticamente demostrado a través de investigación y en contextos de laboratorio, los psicólogos hemos desarrollado herramientas muy potentes como el Análisis Funcional, que además de ser la herramienta de evaluación propia de nuestra disciplina (y del modelo psicológico) nos proporciona información sobre cuál es la intervención a realizar, ya que cuando el psicólogo realiza un Análisis Funcional del caso, lo que está haciendo en realidad es analizar las conductas problema y de qué variables del contexto interno y externo dependen; es decir, en qué situaciones aparecen esas actuaciones, emociones o pensamientos desadaptativos, qué hacía o pensaba la persona inmediatamente antes de que se diera la conducta problema, qué hacían otras personas o qué sucedía en el contexto antes de darse, qué hacen otras personas o qué sucede en el contexto después de que aparezca la conducta problema, cómo se siente la persona, qué hace o qué piensa después….
Cuando se realiza este tipo de análisis es fácil derivar de él una intervención realmente ajustada al caso, sin necesidad de depender de la etiqueta diagnóstica que se la haya puesto. Esta sólo proporcionará una orientación sobre el tipo de problema que la persona presenta, pero nunca sobre cómo se está plasmando el problema concretamente. Las personas aprendemos todas las conductas de nuestro repertorio, tanto las problemáticas como las no problemáticas a través de diferentes procesos de aprendizaje. Cuando se estudian los procesos de aprendizaje subyacentes a esas conductas y se diseñan las condiciones para modificarlos y que se den en su lugar los procesos de aprendizaje para otras conductas, la probabilidad de éxito de la intervención se incrementa mucho más que si realizamos una intervención estándar para todos los casos que reciben una misma etiqueta. ¿Creen que todos los problemas de ansiedad tienen la misma causa y se manifiestan de igual manera en todas las personas que los sufren? ¿Creen que a todas las personas les afectan de igual manera y afrontan de la misma manera los problemas de la vida?, ¿Creen que aquello que llamamos “depresión” se manifiesta igual en todas las personas y tiene las mismas causas? Probablemente su respuesta a todas estas preguntas haya sido que no, y está en lo cierto: Ni todos los problemas son iguales, ni a todas las personas les afectan los sucesos de su vida de igual manera, ni todas las personas tienen la misma manera de afrontar las cosas. Puesto que las conductas problema se explican en función de los procesos de aprendizaje subyacentes y las Técnicas de Intervención Psicológica se basan en esos mismos principios de aprendizaje, en la medida en que el Análisis Funcional del problema esté bien hecho, la intervención tendrá mayor probabilidad de éxito.
Está claro que en la comunidad científica hay que adoptar un lenguaje común para poder entendernos y por el momento, ese lenguaje común es la etiqueta diagnóstica. Esto es algo que los psicólogos tenemos que asumir, pero eso no necesariamente nos tiene que llevar a olvidar cuál es la conceptualización de los problemas propia de la psicología y cuáles son las herramientas de intervención puramente psicológicas (el Análisis Funcional y las Técnicas de Intervención Psicológica); y sobre todo, no se nos puede olvidar, que al final, lo más relevante, aquello donde tenemos que intervenir es en las  CONDUCTAS PROBLEMA, pues esas son las que siguen ahí, una vez puesta la etiqueta (porque la etiqueta no resuelve nada, simplemente encasilla a la persona, con los problemas que eso puede conllevar). Pero… ¿cuáles están presentes en una determinada persona y cuáles no?: Eso es lo que tenemos que evaluar, describir y explicar a través del ANÁLISIS FUNCIONAL con el fin de planificar una intervención adecuada que plantee una alternativa a la medicación.
Los psicólogos tenemos mucho que decir a la hora de intervenir en casi la totalidad de los trastornos que figuran en los Manuales de Diagnóstico Psiquiátrico y disponemos de procedimientos de intervención (Técnicas Psicológicas) que han demostrado su eficacia en el laboratorio y en la práctica clínica y que además, han demostrado ser a largo plazo más efectivas que los tratamientos farmacológicos para la mayoría de trastornos psicológicos (como demuestra el informe realizado por “The Centre for Economic Performance’s Mental Health Policy Group, London School of Economics” en 2006.
Reconocimiento de los Psicólogos con experiencia en el campo clínico y de la salud como "Psicólogos Sanitarios"

Después de un largo camino, finalmente se ha reconocido a nivel legar la condición del Psicólogo como profesional de la salud. Para más datos sobre ello pueden consultar el siguiente enlace:

http://galaalmazananton.wordpress.com/2011/09/24/psicologo-general-sanitario/

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